Reflexiones sobre Ganemos Sevilla para no perder antes de jugar

ozecai

Se acaban las vacaciones y comienza el trabajo, el estress, la rutina… También el “curso político” y esta vez, más que nunca, con una inusitada ilusión. Lamentablemente el activismo tiene algunos momentos ilusionantes, pero también muchas incertidumbres y mucho esfuerzo a veces desalentador. Uno vuelve de la playa con toda la ilusión por los proyectos en mente y de repente se encuentra con que hay que sacarlos adelante y darles cuerpo, y eso no es tan fácil como imaginarlos.

Primera asamblea; creación de un Ganemos en Sevilla (no vamos a ser menos). Muy ilusionante pero ahora hay que darle forma y me encuentro con que no todo el mundo tiene claro qué, para qué, por qué o quienes. Hay dudas y críticas que desconocía y me voy formando una opinión. Aquí la comparto:

La primera duda que parece que surge es cómo se ha gestionado el proyecto. Desde luego convocar reuniones en el agosto Sevillano no invita a la participación. También parece que se ha usado el clásico método de las capas de la cebolla. Un día algunas personas tomando una cervecita barajan la idea de replicar Ganemos en Sevilla. Habla cada una con otras compañeras que podrían estar interesadas. Se convoca una reunión más amplia, luego otra y otra, hasta que se hace una abierta.

Aquí surgen ya las primeras críticas de algunos. En este sentido comparto la falta de acierto y la premura, pero no tengo por qué tomar como maldad lo que puede ser torpeza. Así que aplico la presunción de inocencia, entre otras cosas porque más allá de las diferencias políticas o los posibles errores no tengo ningún motivo para dudar al menos de algunos de los promotores, los que conozco personalmente. A ver, no se puede convocar una asamblea abierta sin que antes alguien la convoque, eso lo hemos hecho todas, yo el primero. Quizás haya habido errores pero…¡keep calm!

El segundo punto importante es aclarar qué es lo que realmente se acordó en esa primera reunión ampliada del 3 de septiembre. En principio está claro; lanzar Ganemos Sevilla. Otra cosa es entender qué es eso a día de hoy. Fue uno de los puntos decisivos del debate. Yo entendí, no sé si me equivoco, que se trata de hacer un llamamiento a la confluencia para crear una candidatura a las elecciones municipales. Una confluencia que, a día de hoy, no está para nada definida. Obviamente definirla es un punto fundamental, pero sobre la futura definición solo puede haber sospechas porque en la asamblea desde luego no se delimitó el concepto. Yo diría que se hizo un llamamiento a un espíritu de confluencia vago e impreciso que creo que flota en el ambiente. Cuando se concrete y se tracen sus contornos será el momento de debatir si nos gusta o no -porque no se trata de confluir a toda costa- pero hoy por hoy no está definido. Precisamente con la voluntad de que no se diera nada por definido al manifiesto propuesto se decidió llamarlo mejor llamamiento. Un texto insulso, no porque no esté bien sino porque no dice gran cosa, no más de lo que dice el nombre Ganemos en el contexto político actual. De hecho creo que un llamamiento para debatir debe ser así, sin contenido real, pues éste debe ser fruto del debate posterior al que se llama. Tras el debate estaremos en condiciones de elaborar un verdadero manifiesto y darle contenido a la propuesta. En lo concreto la idea es publicarlo en la red y tratar de recopilar firmas que lo avalen; 10.000 creo que es el objetivo. En resumen; mi interpretación es que no ha nacido Ganemos, sino un llamamiento para crear Ganemos.

Considero por tanto que más allá del acierto o error de los tiempos y la forma de convocar, las críticas a lo que es Ganemos Sevilla son precipitadas. Son creo sospechas legítimas pero que no tienen por qué materializarse. Aún así es importante debatir sobre ellas.

La primera sospecha que creo que flota en el ambiente (o al menos en mi ambiente) es la presencia de “notables”. Como son caras conocidas voy a mencionar los nombres que todos están pensando: Rubén Sánchez, José Chamizo y Juan Torres. Por lo que los conozco, no me identifico ideológicamente con ninguno de los tres. Digamos que pertenezco a otra tradición ideológica y activista. Sin embargo, si la idea es confluir -más allá de los límites infranqueables que cada uno considere para esa confluencia- no descarto a priori que sean personas (o perfiles, añadiendo lo que éstas puedan representar) a tener en cuenta. Es legítimo sospechar de cierto afán de protagonismo, el problema es que por su notoriedad pública estas personas ya son protagonistas aunque no abran la boca en una asamblea. Por supuesto los medios, que no entienden que la gente pueda moverse sin líderes, no van a decir que yo, que también estuve allí pero soy un don nadie, promuevo o lidero la iniciativa. Pero que lo digan los medios o se pueda sospechar no implica que lo digan o pretendan ellos mismos; puede que sí o puede que no, legítima sospecha pero presunción de inocencia. En cualquier caso será la gente que participe la que decidirá la posición de cada uno. Ya alguno ha aclarado que no se presentaría a las primarias y me parece lo mejor porque, aunque se decidiría de forma abierta y democrática, parten con la ventaja de su notoriedad. Creo que pueden aportar esa notoriedad apoyando públicamente el proyecto sin tener por qué ser los candidatos, sobre todo si eso puede crear recelos, pero tampoco creo que se les pueda exigir la renuncia.

Otra de las cuestiones de debate es la presencia en la asamblea de miembros de partidos políticos que han tenido responsabilidad de gobierno en la ciudad. No hablo de militantes de base sino de personas concretas que han ejercido cargos, que lo ostentan actualmente e incluso que lleva en ellos más de una década. En este punto también considero legítima la sospecha de que, más que una iniciativa de confluencia para una candidatura ciudadana, el proyecto acabe en una sopa de siglas, una cobertura para el reciclaje político sobrevenido o una sala de reanimación para proyectos políticos en paro cardiaco; la vieja política con nueva marca blanca. Como decía, la sospecha es legítima pero no tiene por que confirmarse. Desde luego en una asamblea abierta no se puede echar a alguien a priori solo por verle la cara. Si de verdad alguien pretende usar Ganemos de refugio para mantener viejas prácticas, la definición del proyecto debería ir borrándole la idea de la cabeza. Lo que tampoco creo es que se pueda excluir a nadie de principio. Está claro que, por ejemplo la gente de IU que quisiera participar debería asumir una profunda crítica a la política que hasta ahora ha llevado a cabo la coalición, sin necesidad de exigirles tampoco que se hagan el harakiri. También creo que el proyecto en su definición debería dejar claro que la nueva política no puede ser una profesión de por vida, aplicando los límites de mandato también a la trayectoria anterior en otras formaciones para evitar empalmes.

En el centro de la controversia está también el papel de Podemos en todo esto. Quiero dejar claro que estoy participando en Podemos para que se tenga en cuenta, aunque trataré de ser objetivo, al fin y al cabo Podemos tiene unos meses y aunque me gusta no puede formar parte de mi identidad personal más arraigada, esa que se construye con el paso de los años. Creo, y se habló en la asamblea, que Podemos está llamada a ser una fuerza fundamental en este proyecto. Si Podemos no está, esto no tiene mucho sentido. Pero también es cierto que Ganemos debe ser algo más que Podemos. Muchos compañeros de Podemos piensan que estando ya esta en el escenario político, es absurdo crear otro espacio. Que todo el que apueste por un cambio rupturista dispuesto a tomar las instituciones puede participar libre y democráticamente en Podemos, que además está en proceso de constitución por lo que se puede participar en su propia definición. En cierto sentido es verdad, pero hay que tener en cuenta la importancia de la identidad. No es mi caso, pero entiendo que a alguien que de buena fe participa ya en otro colectivo y se siente parte del mismo no le resulta fácil dejar esa identidad y tomar otra distinta. Ganemos sin embargo permite esta transición. De acuerdo con que no se trata de una sopa de siglas, sino de una candidatura de ciudadanos, pero pertenecemos a colectivos y tenemos afines que no se pueden olvidar. Ganemos desborda en ese sentido a Podemos y, siempre que se haga bien, me parece una buena apuesta. Hay que reconocer a Podemos el mérito de haber dado con la tecla que está concretando la indignación en un proyecto político con potencial para devolver al pueblo las instituciones. Sin embargo el acierto no solo depende de la inteligencia y el buen hacer, sino también del contexto, incluso de la suerte. Cuando el 15M, la plataforma Democracia Real Ya dio en la tecla con un discurso inclusivo y un buen uso de las redes sociales. Gracias a ella saltó la chispa, pero hay que comprender que estábamos en un charco de gasolina y cabe la posibilidad de que hubiera prendido con cualquier otra. Podemos lo ha hecho bien, pero eso no significa que no se pueda mejorar. Por las cuestiones ya planteadas, creo que el lanzamiento de Ganemos no se ha hecho del todo bien, pero ahí está. Hay mucha gente válida ilusionada con la idea, puede ayudar, como en otras ciudades, a aglutinar diversas identidades en un proyecto común e inclusivo y todas las sospechas que pueden achacársele se pueden resolver.

Lo que para mi sería un auténtico desastre es que en las próximas elecciones municipales nos encontráramos con dos papeletas; la de Podemos y la de Ganemos. Sería un desastre porque evidenciaría el fracaso de la izquierda sevillana para debatir, buscar puntos de unión y presentar a la ciudadanía un solo proyecto ilusionante y transformador. Estratégicamente (y no olvidemos que estamos hablando de elecciones y no de filosofía), dispersaría el voto en dos opciones sobre las que muchos podríamos tener claras las diferencias, pero que no harían más que confundir a buena parte de los votantes potenciales. No solo eso sino que la mera imagen de división mitigaría la ilusión generada albergando el escepticismo sobre la última de una larga tradición de división de la izquierda (la de verdad, no la que se nombra como tal). Y, por supuesto, públicamente no se hablaría ya de castas, desahucios, paro, pobreza, etc., sino de peleas internas.

Podemos está ahí y ahora también Ganemos, podríamos debatir sobre si alguna no debiera haber aparecido, sobre si se ha hecho todo de la mejor manera, incluso sospechar de viejas jugarretas e intereses inconfesables (vuelvo aclarar que por ahora sospechas legítimas pero no demostradas), pero está ahí. Si no lo miramos, no lo vemos, pero existe (¿si se cae un árbol y nadie lo ve se ha caído realmente? Pues claro, si lo dudas pregúntale al árbol). Yo invito a todo el que tenga dudas a que trate de erradicarlas participando, porque si no lo hace y las sospechas tienen algún fundamento, terminarán materializándose y entonces podremos lamentarnos pero nos afectará.

Podemos tiene que estar ¿y quién más? Bueno como decía no hay nada definido pero parece claro que habrá que establecer unas líneas claras, las que marca el respeto a la marca Guayem Barcelona replicada en Ganemos. Si no respetamos esto estaremos haciendo un Luis Salom en toda regla. Para mi algunas de esas líneas son:

Si se llama Ganemos (y no Ayudemos) es para ganar, no para ser muleta de nadie. Se trata de vencer al PP y también al PSOE. Si el PASOK, perdón, el PSOE, cautivo y desalmado, tiene tras las elecciones un concejalillo de sobra que está dispuesto a regalar a cambio de NADA para que no gobierne el PP (el mal menor que siempre defendieron) ya debatiremos si aceptamos su apoyo en caso de extrema necesidad. Pero en principio el 15M lo dejó claro, lo que hay que vencer es al PPSOE. Bienvenidos los militantes socialistas que quieran participar y apoyar, aquí no se excluye a nadie por haber estado en el PSOE siempre que sepa que se mete en un colectivo cuyo objetivo es precisamente derrotar también a su antiguo partido.

Además no se trata solo de ganar, sino de transformar el Ayuntamiento. No se trata tampoco de hacer la revolución (a algunos no nos faltan ganas pero tampoco realismo) pero sí de hacer reformas revolucionarias dado el contexto actual. No se pretende un matiz más social o de izquierdas o una regeneración de la vieja política, sino una nueva política. No se trata de dar más viviendas que gobiernos anteriores sino de acabar con el problema de la vivienda, por ejemplo. Tampoco se trata de no robar, sino de ser ejemplares: limitación de mandatos y cargos, de sueldos, transparencia, etc.

Los perfiles del proyecto se irán definiendo, pero creo que estas ideas básicas alcanzan un gran consenso (tanto en Ganemos como en Podemos y otros colectivos) y deben estar claras. Asumiendo esto, todo el mundo es bienvenido.

Estamos en un momento histórico. Comprensiblemente hay dudas, sospechas, recelos, etc. que son legítimas pero que simplemente no nos podemos permitir (¿estamos sospechando por encima de nuestras posibilidades?). La historia nos ha encomendado una tarea (me pongo trascendente): En las próximas elecciones municipales debe haber una papeleta, y solo una, que exprese la ola de indignación que ha recorrido este país y también esta ciudad; que exprese una nueva forma de hacer política en la calle y también en las instituciones. Podrá haber también papeletas de otros partidos más o menos afines con los que, llegado el caso y si no se han sumado antes, se pueda pactar, pero representando a ese espíritu y esa ilusión compartida debe haber una, y solo una. El momento es ahora y aquí en Sevilla no vamos a ser menos.

2 Respuestas a “Reflexiones sobre Ganemos Sevilla para no perder antes de jugar

  1. Suscribo completamente tus reflexiones

  2. Muy de acuerdo, pero se echa de menos lo q por encima de todo supondría un cambio efectivo, la madre del cordero, la participación ciudadana.

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